La tercera década del siglo 21 que comienza en el año 2021, presenta grandes retos para Panamá con varios desafíos que comparte con toda la región Centroamericana. El gobierno, sector privado y sociedad civil llevan la enorme responsabilidad de solucionar los problemas que no sean resuelto en materia de economía y política; sino que también deben liderar la transformación tecnológica, productiva, comercial, con un desarrollo sostenible que permita definir la ruta de acción para liderar a todo un país.
El 19 de julio de 2019 en el foro promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el INCAE Business School y el Centro Latinoamericano para la Competitividad y Desarrollo Sostenible (CLACDS), analizaron algunas propuestas y desarrollaron proyecciones sobre cómo afrontar la inestabilidad y propuestas de acción para la región Centroamericana.
Se analizaron los últimos cinco años enfocándose en los estudios y reportes del libro “El futuro de Centroamérica: Retos para un desarrollo sostenible” El libro consolida una serie de estudios producidos por el BID y el INCAE sobre el contexto comercial, la integración financiera, los precios de productos básicos y su impacto sobre la región, la inversión, los flujos migratorios, el manejo del capital natural y la institucionalidad en los países de la región y ofrece opciones de política para los tomadores de decisiones de estos países, incluyendo Panamá.
En los últimos cinco años, la región de Centroamérica, Panamá y República Dominicana (CAPRD) ha tenido un desempeño superior al del resto de América Latina y el Caribe debido a un entorno internacional mayormente favorable. Su crecimiento promedio fue del 4,4% entre 2014 y 2018, una expansión considerablemente superior a la del resto de América Latina y el Caribe (0,7%) y del mundo (3,6%).
Los seis ejes temáticos de gran importancia en el estudio son: comercio, inversión, migración, integración financiera, materias primas y riqueza natural. En el análisis de estos seis ejes se especifica una serie de modelos y proyecciones planteando situaciones reales, amenazas y detalla posibles propuestas para enfrentarlas.
Sin embargo los temas esenciales como pobreza, inseguridad, institucionalidad, migración y desarrollo sostenible; todavía son temas urgentes y con mayor nivel de dificultad para resolverlos. Ya que la mayoría de los políticos están más enfocados en apagar incendios que por debatir soluciones.
Panamá como el resto de Centroamérica necesita solucionar los problemas de competitividad, facilitación del comercio, desarrollar un ecosistema con normas que incentive mayor investigación y desarrollo, además de aumentar el poder de negociación de la región.
Dentro de los retos principales para la competitividad para mantener y atraer nuevas inversiones, destacan la ineficiencia de la burocracia gubernamental, la corrupción, la poca seguridad jurídica, la falta de infraestructura productiva y la baja escolaridad de la fuerza laboral. Si bien son factores que se manifiestan de manera diferenciada en los países de la región, representan en conjunto barreras para el desarrollo empresarial. Ante esto, las agencias de promoción de inversión son vitales para el crecimiento y diversificación de las inversiones, para procurar un mayor equilibrio territorial al interior de los países, desarrollar esfuerzos conjuntos de posicionamiento de marca de ámbito regional e internacional como destino estratégico y mitigar los riesgos de una reducción de los flujos de inversión.
A nivel nacional, la gran tarea se ubica en la habilidad para continuar construyendo el engranaje que permita al sector externo el mejor aprovechamiento de las oportunidades que se avecinan. Al mismo tiempo, empero, se requiere crear las políticas de desarrollo productivo nacionales y las condiciones necesarias para que el sector externo logre encadenarse con el resto de la economía y posicionar mejor las economías en las cadenas globales de valor. La política comercial ha sido una plataforma para generar oportunidades y optimizar el uso de los recursos, pero debe ser acompañada de políticas complementarias que permitan alcanzar múltiples objetivos. Los efectos distributivos del crecimiento y una buena política social aunados a beneficios ambientales pueden lograrse con una política económica coherente con la sostenibilidad.
No está de más decir que los mejores resultados políticos dependen, a su vez, del fortalecimiento del sistema democrático y la madurez de las instituciones. El gran reto de Panamá y la región consiste en continuar afianzando su propia integración y la integración global. No es tiempo de dudar: es tiempo de actuar, plantear nuevas metas y asumir nuevos retos. Solo una estrategia de integración regional y un enfoque en el fortalecimiento de factores internos permitirá el desarrollo sostenible y un mayor bienestar para la población.
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